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  • Foto del escritorDe Los Angeles

LA MUJER EN EL OTRO AUTO

Actualizado: 23 dic 2020




Mis manitas sobre la ventanilla del auto de papá, los rayos del sol se filtran por la ventana, pero mi atención está puesta en mis manos, dedos, en los rayos del sol que se adentran a través de cada uno de ellos.


-¡Llegaremos tarde, si el tráfico sigue a este ritmo!-exclama exasperado papá, sentado detrás del volante. Yo estoy en el asiento trasero, esperando impaciente que el auto avance, de pronto el auto comienza a moverse, siento alivio, pero de inmediato el auto se detiene de nuevo.


-¡Augh Dios!-escucho exclamar a papá, seguido de un golpe sordo. Pero no me volteo a verlo, mi atención está en la mujer dentro del auto al otro lado de la calle.


Ella sonríe, en el otro asiento a su lado, está un hombre con una niña en su regazo, un poco más pequeña que yo. También sonríe, de hecho todos en ese auto lo hacen.

Mire hacia el asiento trasero, y solo podía ver muchas bolsas, que parecían tener ropa, también pude ver mi cereal favorito, sí, hay había comida también, y pasta para dientes.

Volví mi mirada a ellos, eran una familia, debían serlo, y sino lucían como una, y una muy feliz y prospera.


Observo el rostro de la mujer, "Es hermosa". No podía verla lo suficientemente bien, pero mamá dice que "una sonrisa transforma el rostro de todos en algo hermoso", aún así, sé que no se trata de una mera sonrisa, la felicidad y satisfacción en su rostro, viene desde dentro de ella.


Ella ama su vida, su vida, es una buena vida.


Deslizo mi mirada por su cuerpo, detallo sus ropas, usa uniforme, de esos que usa la maestra. Tal vez también sea maestra "Ella es profesional, debió ir a la universidad y graduarse".


Vuelvo a ver al hombre y a la niña en el otro asiento. Sí, son su familia y también están felices. Vuelvo a ver a la mujer, deseo eso también, "eso", aún no sé que es, pero lo que sí sé es que cuando sea mayor quiero sonreír como ella.


El auto comienza a moverse, rápidamente me levanto de mi asiento, y apoyo mis pequeñas rodillas al cojín seguido de mis manitas que pongo en el respaldo. Entonces, me asomo por la ventanilla trasera, observo como nos alejamos más y más del auto que aquella mujer conduce.

Ella conduce, yendo a algún lugar que desconozco, pero ella va al volante.




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